En días pasados tuvimos noticias que han tenido repercusión nacional, y en algún caso internacional, que nos han impactado; cada día nos sorprendemos con noticias que nos abruman, noticias que no sabemos si son ciertas o no y que, sin embargo, nos afectan casi siempre en forma negativa. En los últimos días el lenguaje empleado para juzgar, calificar, expresar el descontento y rechazo por las movilizaciones populares aún desde los gobernantes, se ha hecho altamente agresiva; se emplean términos como: asesinos, criminales, terroristas, canallas, salvajes, ignorantes, violentos, delincuentes, etc. ¿Acaso con el uso reiterado de esos calificativos se puede contribuir a pacificar o resolver los conflictos vigentes en el país? ¿Acaso en la responsabilidad del gobierno de facto, aun cuando ocasional y transitoriamente tiene el poder, no está “buscar el bien común”? La autoestima de nuestro pueblo tan maltratada, desde los tiempos de la colonia, sigue siendo machacada por la discriminación, la arbitrariedad, el desprecio de la élite nacional que, europeizada o yanquinizada, tiene el corazón y la cabeza en esas regiones, por lo que, enajenada espiritual e intelectualmente como está, pretende que Bolivia siga siendo el abastecedor de materia prima y el que tenga siempre la mano extendida para recibir las migajas y el desprecio de las potencias que se enriquecen con nuestra pobreza.
(más…)