¿Casualidades?

La ausencia de norte político, subsistir en base a forzar conflictos y crear escenarios para demostrar en el imaginario público que son fuerza, es una constante dramática en la derecha y la ultraderecha de nuestro país.

Pero, además su subsistencia depende de la oxigenación y apoyo externo en el momento preciso, porque de lo contrario expirarían.

El golpe de 2019 tuvo dos momentos de apoyo decisivos: el primero, la Misión de Observación Electoral violando los principios fundamentales y código de conducta que rigen las misiones electorales de la OEA; el 21 y 23 de octubre, antes que el TSE proclame los resultados electorales, “recomendó” o lo correcto es decir “ordenó”, la realización de la segunda vuelta electoral violando la soberanía nacional y la CPE. Esta intervención, en los hechos invalidó el triunfo del MAS, le dio el argumento a Mesa y la derecha para que proclamen —por tres días— a los cuatro vientos segunda vuelta; pero dio pie para que la ultraderecha ya no reivindique la segunda vuelta, deseche a Mesa y arremeta para el derrocamiento del gobierno. Segundo, con Camacho en La Paz y el amotinamiento policial se hizo público, la madrugada del 10 de noviembre, el informe de la OEA ratificando la consigna que enarbolaron todas las oposiciones un año antes de las elecciones, el “fraude”, este informe fue el justificativo que requerían para materializar el golpe.

La intervención de la OEA no tiene nada de casual, son actos de bisturí político en el momento oportuno.

La ultraderecha salió derrotada del golpe por decisión soberana del pueblo, utilizó la Gobernación para reorganizar su estructura interna, pero los hechos concretos e inmediatos deterioraron el liderazgo del establishment cruceño: i) la pésima gestión del gobernador Camacho, ii) los ítems ‘fantasma’, y iii) la subordinación incondicional del Comité Cívico a la Gobernación.

Camacho, desde la Gobernación, y Calvo, desde el Comité Cívico, son una caricatura con relación a Costas y Marinkovic para la derecha y los grupos de poder regional. Esta situación dramática no podrá ser revertida, pero en el corto tiempo necesitan forzar la imagen coyuntural de regionalismo chauvinista, que usan como referente no la propuesta, sino el drama, la frustración, la sanción que el Gobierno hace contra Santa Cruz, la única consigna que utilizan es el Censo.

A partir de esta consigna, inventan discursivamente ejes que justifican su demanda, pero como no tienen nivel de credibilidad incorporan a la UAGRM para que sea la imagen simbólica técnica de la propuesta sobre el Censo, pero en el corto tiempo la UAGRM y sus autoridades académicas empezaron a ser piezas subordinadas a la Gobernación.

El cabildo cruceño ha llegado a ser la manifestación no de la deliberación, sino de la validación de las consignas de la elite político- cívica. El último cabildo fue la propuesta desesperada por el fracaso de los dos últimos paros, la división interna y la oposición empresarial, popular y campesina al paro, ello implicaba debilidad explícita, por ello necesitaban nuevamente oxígeno externo.

Fueron dos hechos: primero, deliberadamente se filtró el informe de la CIDH de las conclusiones y recomendación sobre lo sucedido en el hotel Las Américas, y se hizo público en el medio de comunicación que es el principal vocero del establishment cruceño; lo central es apelar a la autovictimización no como élite, sino involucrando al “pueblo” y sindicar simultáneamente al expresidente como responsable; segundo, el informe del Departamento de Estado de los EEUU sobre las elecciones de 2019, que en síntesis valida el informe de la OEA, ratificando la consigna del “fraude”, además es una reiteración de lo que dijo el secretario de Estado de Trump, Mike Pompeo, el mismo día del golpe de Estado.

Estas intervenciones externas fueron utilizadas para motivar la convocatoria, para exacerbar el sentimiento de chauvinismo regional anti- MAS, y dieron las luces que no tienen Calvo-Camacho para brillar opacamente en el cabildo.

Las casualidades no existen, más si vienen del imperio, asistimos al drama que crean, donde los actores de la trama cumplen un libreto impuesto, son la manifestación colonial-capitalista anti Estado Plurinacional propia de las élites que aparentan liderazgo por la pasarela mediática que despliegan y no por el horizonte que infunden, creen religiosamente que la validación de su consigna es el titular de prensa en primera plana, por ello que la oxigenación externa es necesaria e imprescindible para dar cuerpo y colorido a la fraseología discursiva utilizada reiterativamente como la homilía dominical.

En política, las casualidades son la mentira de la divinidad, para ciertos grupos criollos es la bendición que necesitan para cumplir su plegaria como la sinrazón de su razón, infunden en las subjetividades de su multitud el odio racial y su forma de manifestación es la violencia.

César Navarro Miranda es exministro, escritor con el corazón y la cabeza en la izquierda.

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