8 de marzo día internacional de la bruja rebelde

En los albores de la humanidad, la comunidad primitiva polígama de relaciones familiares en grupos y la descendencia vía materna por lo incierto de la paternidad de los hombres sobre los hijos, este hecho unido a la participación de la mujer en la producción colectiva de bienes de subsistencia hace que la mujer tenga una posición relevante en la comunidad, en esta época, llamada matriarcal, la mujer tenía vos y voto en el consejo de la gens, en la práctica era cabeza de la comunidad, proponía y disponía de los jefes en tiempos de paz y de guerra.

A medida que evoluciona la sociedad primitiva y la relación promiscua se reduce a grupos más pequeños de lazos consanguíneos hasta llegar a la familia sindiasmica y donde aún la mujer era cabeza de familia. Esta evolución de la sociedad primitiva y la pérdida paulatina del poder de la mujer va de la mano con los cambios sociales y económicos de la comunidad. La población crece, aumenta la producción y acumulación de bienes materiales y de consumo, nace la necesidad de determinar a quién pertenecen los bienes y la propiedad privada es un hecho en las relaciones económicas y sociales de la sociedad. Es en este momento, a la entrada del esclavismo, el nuevo sistema de sociedad y junto a las religiones monoteístas crean las condiciones y reglas para la degradación y opresión de la mujer. La propiedad de los bienes y la sucesión de la herencia, convierten a la mujer en objeto de propiedad, apropiándose de su sexualidad y convirtiendo a los hombres en jefes de familia, dueño y señor de la descendencia y de la mujer. Así nace el patriarcado, donde en la cultura, en el inconsciente y en lo simbólico se naturaliza la dominación de los hombres sobre las mujeres.

Del esclavismo a la época feudal, las mujeres continúan en situación de inferioridad y dependencia. Sin embargo en la edad media, en Europa y América, aparecen las primeras rebeldías que cuestionan el sistema impuesto por la iglesia y los señores feudales. Estos rebeldes que reivindican la propiedad de los bienes comunes e igualdad de derechos entre los sexos, donde el 80% son mujeres, además son curanderas que en base a yerbas curan a los enfermos, socavan los principios patriarcales y la tenencia ilegitima de la tierra por parte de la iglesia y el sistema feudal. Eran consideradas brujas y en pacto con el demonio corrompían a la gente, por esta razón había que cazarlas y quemarlas. Con la biblia de la Santa Inquisición y la espada de los señores feudales la caza de brujas y la quema de ellas en hogueras públicas en las ciudades y pueblos de Europa y América fueron los métodos más comunes de represión a estos grandes movimientos que luchaban por la igualdad social y de sexo.

Con la llegada del capitalismo, la situación de la mujer empeora, se la recluye a la reproducción de mano de obra barata (los hijos) y al trabajo doméstico, en ambos casos no retribuido. Por un lado es explotada al no tener retribución por su trabajo, por otro lado la dependencia económica al salario del hombre hace que se profundicen la subestimación y opresión de la mujer en el hogar y el hombre se convierta en el dueño y señor del cuerpo y el pensamiento de la mujer.

Es en esta época la mujer empieza a participar en la producción industrial y aparecen los primeros movimientos organizados de mujeres reclamando la igualdad de los derechos laborales y a partir de la revolución francesa en 1789 adquiere un carácter político. Marie Gouze más conocida como Olympe de Gouges, quien participo desde sus inicios en la revolución francesa, como contra parte a la declaración de los derechos del hombre, en 1791 escribió su famosa “declaración de los derechos de la mujer y ciudadanía” que comenzaba con las siguientes palabras “Hombre, ¿Eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta pregunta”.

Con el auge de la revolución industrial se intensifican los movimientos de trabajadoras exigiendo mejores condiciones laborales y derecho a voto. El 8 de marzo de 1857 trabajadoras de la fábrica “Textilera Cotton” en Nueva York salen a las calles pidiendo mejores condiciones laborales y reducción de horas de trabajo. La manifestación fue brutalmente reprimida con un saldo de 120 mujeres muertas, sin lugar a dudas es uno de los antecedentes para el día internacional de la mujer. A inicios del siglo XX toma impulso los movimientos femeninos, en 1908 en Nueva York, la primera gran marcha con más de 15.000 mujeres exigiendo menos horas de trabajo, mejores salarios y derecho al voto. En 1910, en Copenhague (Dinamarca) la comunista alemana Clara Zetkin junto a Rosa Luxemburgo propone crear el día internacional de la mujer en la II Conferencia internacional de la mujer trabajadora, esta moción fue aprobada, aunque no se especificó el día, por representantes de 17 países. El 11 de marzo de 1911 se produce el incendio en la fábrica de camisas “Triangle Shirtwaist” en Nueva York donde perecen 126 mujeres y 23 hombres, inmigrantes jóvenes de 14 a 23 años encerrados con llave y sin poder escapar. El 25 de febrero de 1917 según el calendario Ortodoxo, 8 de marzo según el calendario Gregoriano, las mujeres rusas en Petrogrado se levantan en huelga exigiendo la paz y el fin de la guerra, el movimiento se extiende por todo Rusia y es el detonante para la caída del Zar y la revolución de febrero, antesala para la revolución de octubre. Este es el segundo antecedente para que la Naciones Unidas en 1975 declare el 8 de marzo como el día internacional de la mujer.

Los movimientos feministas en Latinoamérica se caracterizan por su lucha contra la ocupación colonial y por sus derechos civiles como mujer y trabajadora. En la guerra de la independencia destacan figuras como Micaela Bastidas, en el Perú, quien fue estratega de la guerra y esposa de Túpac Amaru II, Juana Azurduy heroína de Bolivia y la Argentina, Javiera Carrera “Madre de la Patria” en Chile, María Ignacia Rodríguez de Velasco, la “Güera Rodríguez” de Méjico, Bartolina Sisa y Gregoria Apaza, esposa y hermana respectivamente de Tupak Katari y lideres aimaras en Bolivia, la Heroínas de la Coronilla al mando de Manuela Gandarillas sacrificaron sus vidas al resistir al ejercito realista.

La participación de la mujer en Latinoamérica se expresa contra un sistema patriarcal que limita sus derechos civiles y contra el sistema de opresión que sufre la clase trabajadora, se destacan entre ellas las tres hermanas Mirabal (Minerva, María Teresa y Patria) quienes, el 25 noviembre de 1960 fueron asesinadas por el dictador Rafael Leónidas Trujillo de la Republica Dominicana. En homenaje a estas tres luchadoras se determinó, en el encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe en Bogotá en 1981, el 25 de noviembre “Día de lucha contra la violencia hacia las mujeres”. En Chile, Teresa Flores con su movimiento “La Huelga de las Cocinas apagadas” 0rganiza en sindicatos a los trabajadores que sufren la explotación de las empresas inglesas del salitre, Paixau Pagu revolucionaria brasilera encarcelada 23 veces por su participación en la lucha de los trabajadores, Carolina Muzzilli, costurera, socialista y feminista argentina, María Cano revolucionaria de la clase obrera colombiana, participo en la fundación del Partido Socialista Revolucionario, Dolores Jiménez y Muro ayudante social de Emiliano Zapata en la revolución mejicana, Flora Tristán revolucionaria peruana quien dijo “Sin emancipación de la mujer no hay revolución socialista”, Domitila Barrios organizo el sindicato de esposas de mineros, en 1978 junto a cuatro mujeres derrotaron al dictador Hugo Banzer en una huelga de hambre exigiendo amnistía para los presos políticos, retorno de los exilados.

El espíritu rebelde de las brujas de la edad media están presentes en las luchas de la mujeres de nuestros tiempos, las brujas chilenas junto a sus compañeros se enfrentan a los órganos represivo exigiendo el fin de la política neoliberal que vuelve más ricos a los ricos y más pobres a los pobres, las brujas de madres y abuelas de plaza de mayo en la argentina están firmes hasta hacer justicia a los culpable de las muertes y desapariciones de sus hijas e hijos durante la dictadura, las brujas guerrilleras en la selva colombiana al igual que las brujas de Chiapas se mantienen firmes en la lucha y todas partes de nuestro continente donde nuestras brujas rebeldes siguen luchando por un mundo de justicia, igualdad y sin violencia hacia la mujer.

Un homenaje especial a las brujas bolivianas que junto a sus compañeros y con la Wiphala arriba en La Paz, El Alto, Cochabamba, Santa cruz y todo el país se levantaron hasta derrotar a la dictadura racista de Añez. Mención especial a las brujas combatientes del ELN que ofrendaron sus vidas por la revolución, Tamara Bunke (Tania) Monika Ertl (la Imilla), Genny Köller (Victoria), Elena Espaltro (Sol), Rita Valdivia (Maya) y la que fueron encarceladas, vejadas y torturadas durante la dictadura de Hugo Banzer Suarez.

El Movimiento Guevarista- ELN de Bolivia saluda este 8 de marzo a las mujeres y muy especial a las brujas rebeldes que junto a los hombres construirán un mundo mejor. Adelante hermosas brujas rebeldes, que el mundo las necesita.

Escrito por

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *