Sin Evo…¿No hay elecciones?

Un cliché más para agitar una nueva arremetida de quienes hasta hace un mes, creímos rendirse por su rotundo fracaso en las movilizaciones, todo por exigir que el “líder de los humildes” vuelva a ser candidato. Esa película ya se acabó y no hay tiempo para reeditarla, porque todos sus actores fracasaron.

Evo ya es de otro tiempo muy diferente al referente que se construyó por sí solo, hasta hace 4 años, pero si hoy va a elecciones lamentablemente pierde. La lógica de quedarse en el poder desplazando a otros ya no corresponde para éste tiempo, simplemente porque cometió errores políticos irreversibles y que tendrán un costo político para la izquierda para más adelante. Veamos.

Echar la culpa a los que menos culpa tienen, los operadores del evismo, del androniquismo, podrían comenzar por hacer un mea culpa acerca del desastre nacional al que nos ha conducido el ‘líder de los humildes’ volviendo ahora en la lógica de otras amenazas, ultimátums y condicionamientos a la presidencia del TSE.

La impunidad no puede comprarse al precio de una nueva paralización nacional. Los millones de dólares en pérdidas son mil millones de razones para rechazar el chantaje y exigir que la justicia actúe sin presiones ni condicionamientos.
Lo grave de todas esas manifestaciones donde el evismo recurrió a medidas como marchas, en 4 ediciones, bloqueos de carreteras, en 3 ocasiones, una huelga de hambre que, otrora, eran verdaderas “armas de lucha”, con legitimidad, acabaron siendo rebajadas a su mínima expresión.

Esta horrible película en forma de pesadilla pudo haber sido otra si Evo hubiera aceptado las reglas y estilo de juego que pretendía Luis Arce para su presidencia. Si en lugar de boicotearlo desde el primer día de campaña electoral y desde el primer día de su gobierno, hubiera aceptado su rol de conductor del MAS-IPSP superando las obsesiones a las que lleva creerse lo que uno ya no es ni puede ser.

Evo hubiera tenido que olvidarse de pensar en el retorno a la silla y como tal cosa era inconcebible, puso a funcionar a su puñado de llunk’us para que lo ayudaran a sabotear al gobierno que el mismo había gestado, hasta que quedara en el estado que está preso de grandes críticas por la crisis económica.

Evo en su misma desquiciada monomanía de persistir en su candidatura viene con otra locura de decir que ahora el gobierno de Luis Arce presuntamente prepara un «fraude» en los comicios del 17 de agosto con el apoyo de «extranjeros», para favorecer al Movimiento al Socialismo, con su candidato Eduardo Del Castillo.

Lo grave que está digitando ahora es atacar a Eduardo Del Castillo sin fundamentos, sabiendo que éste hizo tabla rasa para acabar con los negocios narcotraficantes en el Chapare logrando récords que superan largamente los números obtenidos por sus antecesores. Así lo demostró Eduardo en el foro de la Red Uno, respondiendo a Samuel de lo que le acusaba.

Evo hizo añicos el instrumento político que con tanto sacrificio se construyó en casi tres décadas. Eso sí, a todos lo que creímos en él nos amenazan por las calles, nos miran como extraños y no faltará que algunos izquierdosos de salón, que defienden a Evo como caballos cocheros, ahora pegados al conservadurismo pitita, nos llamen “masistas de mierda”.

Las últimas semanas serán cruciales para determinar si la democracia boliviana puede sobreponerse a este embate de un sector radical de Evo que pone en vilo las elecciones o si sucumbirá ante la presión de intereses extraños, solo de uno, que parece estar dispuesto a todo y continuar en su propósito de buscar el poder “a como dé lugar”.

Sin embargo, por encima de ese esquizofrénico ultimátum me arriesgo a la apuesta, ‘Sin Evo, sí habrá elecciones! Díganme dónde se los firmo?

*Luis Camilo Romero, es comunicador boliviano para América Latina y el Caribe

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