Palestina, el camino al exterminio

Vivir en Gaza, es vivir en una gran prisión, en una cárcel al aire libre desde 1967. Dos millones y medio de palestinos, de seres humanos en condiciones de muchísima más hacinación que la que sufrieron en el ghetto de Varsovia, dónde habían sido encerrados miles de judíos durante el nazismo hitleriano.

Dos millones y medio de personas que viven arrinconadas en 10 x 40 kilómetros, dependiendo por completo del abastecimiento de agua de la voluntad israelí, la cual, infinidad de veces ha sido intencionalmente contaminada por el Estado sionista con el único fin de agilizar el exterminio de los palestinos.  Dependen, por igual de la energía eléctrica y en el abastecimiento de alimentos provenientes de Israel, muchos en estado de descomposición, enviando lo que  los judíos han desechado.

Cientos de niños víctimas de diarreas e infecciones mortales por esa causa, completamente cercados y también sometidos a los bombardeos e incursiones durante casi todos los días, durante 46 años, en las que el ejército israelí procede a realizar limpiezas étnicas asesinando, sin discriminación alguna, a ancianos niños o mujeres y sembrando el terror entre la población de Gaza.

Estos factores pueden haber sido la causa de que el pueblo palestino de Gaza haya tomado una decisión colectiva de carácter suicida  en la que, a sabiendas de la omnipresencia y poderío militar indescifrablemente superior de Israel, hubieran resuelto liberarse del oprobio sionista, rompiendo los muros de la opresión en la que, «o todos se hunden y se someten al exterminio debido a que en esas condiciones ya es imposible seguir viviendo», o bien «rompen los muros, amplían sus fronteras, hacen retroceder al enemigo  y recuperan su soberanía». Sería un sueño hecho realidad.

Pero, es casi imposible creer que dos millones y medio de seres humanos pudieran tomar esa decisión porque no es más que marchar directamente a su desaparición, y no hay en el mundo todavía, ser humano que hubiera perdido el instinto de supervivencia, si no, no seríamos 8 mil millones.

La magnitud del ataque palestino de Hamas, absorbiendo los daños colaterales como los muertos en el festival triple of Nova o los rehenes secuestrados o soldados judíos muertos o secuestrados, le cae como anillo al dedo, desde todo punto de vista al estado sionista. No pudo tener mejor pretexto y oportunidad para barrer con Gaza y «limpiar a esos animales salvajes» según palabras de la dirigencia judía, quedándose, por fin, – y sin que nadie los acuses de verdugos, sino en calidad de víctimas- con un territorio libre para nuevos asentamientos judíos y sin el incordio y riesgo palestino de reclamos en la ONU.

Por eso llama muchísimo la atención de que aparentemente el Mossad y demás servicios de inteligencia israelíes, no hubieran conocido de antemano el plan de bombardeo de misiles y ruptura del cerco por Hamás.

Será creíble que el mejor servicio de inteligencia del mundo con satélites que observan cada movimiento, con agentes infiltrados dentro de Gaza y dentro de Hamas, no hubiera tenido conocimiento del ingreso de miles de misiles y sus intenciones con anterioridad. Eso da mucho que pensar.

Y da mucho que pensar porque conociendo el viejo modus operandi de la CIA y de todos los servicios de inteligencia occidentales, incluido el Mossad por supuesto, sabemos que son expertos en  organizar falsos positivos, en crear y fabricar organizaciones terroristas a su  imagen y semejanza como Al Qaeda y las torres gemelas, muyahidines que tumbaron a los soviéticos en Afganistán contra los que, paradójicamente, después los propios norteamericanos pelearon más de 20 años, el Estado Islámico, en fin, muchas criaturas de esos servicios de inteligencia con el único fin de hacer desaparecer países o poblaciones y organizaciones revolucionarias enteras como lo hicieron en Irak, Libia, Yugoeslavia y ahora posiblemente lo están logrando con Hamás y el pueblo palestino de Gaza.

Por eso, la capacidad de penetración dentro los movimientos políticos de parte de la CIA y compañía, son inmensos y bajo el manto de más revolucionarios, de más radicales aparecen movimientos que no solo dividen a las organizaciones y pueblos, sino que logran su exterminio o desaparición como bien puede estar sucediendo en Gaza a la que ya le han cortado todos los suministros, agua, luz, alimentos y les han cerrado el único paso de salida para que la población escape o se refugie que es la frontera con Egipto.. Van camino al exterminio y desaparición de un pueblo.

Por: Marcos Farfán Farjat

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