Colonizados y amenazados

Nelsón Condori se llama y lució el “Poncho Rojo” cuando asumió el cargo de Secretario General de la CSUTCB, en el año 2019. Fue el principal apoyo de Camacho en su aventura golpista, en el occidente del país, hoy es un activo militante de uno de los grupos de aymaras que apoyan a Tuto Quiroga.

Los Ponchos Rojos fueron, hace mucho tiempo, los más aguerridos defensores de la identidad aymara, de la wiphala, tenían un sentido de la dignidad que conmovía, hoy divididos, como todo en el país, han buscado su vigencia personal junto a los distintos caudillos políticos, posición legítima en la política tradicional boliviana. Pero ¿Dónde quedó el orgullo aymara de la autodeterminación y la superación del pongueaje político?

Nelsón Condori, como muchos otros aymaras, quechuas, guaraníes, etc, no han podido superar su condición colonial y se arrodillan ante los nuevos patrones, no importa que este patrón haya sentenciado que odia a los collas; no importa el racismo y el complejo de superioridad de sus “candidatos”, mientras en otros países, en este mismo momento se combate, en las calles y se muere defendiendo la identidad y la vida.

Han pasado doscientos años desde que nos hicieron creer en la “independencia de Bolivia” hoy como hace 500 años seguimos siendo colonizados y aceptando a los patrones como “jefes”. Hoy el colonizador ya no apellida Pizarro, puede tener varios apellidos, puede ser, Quiroga, Velasco, Paz, Arce, etc. Lo que define su pensamiento es la demostración de su odio hacia los pueblos y naciones originarias, gracias a las nuevas tecnologías estos pensamientos se exponen públicamente y se actúa públicamente.

¿Qué le dirá a sus hijos el señor Condori, que apoya a su propio verdugo? Les dirá que es mejor la humillación a luchar por la dignidad, que hay que sacar ventaja de los q’aras mientras se pueda, o simplemente guardará un silencio culpable. Esta pregunta es válida para transportistas, mineros, fabriles, comerciantes, etc, que teniendo raíces aymaras, quechuas, guaraníes o de cualquier otra nación, se arrodillan para recibir con guirnaldas a los tataranietos de Pizarros, Almagros, Mendozas, etc etc.

El carácter racista de quién pretende ser el presidente nato del Congreso, es una actitud antidemocrática, por lo tanto, su postulación deberá ser cuestionada y anulada, pero nada de esto ocurrirá, pues el TSE tiene la misma estructura: patrones q’aras y racistas y pongos políticos. Esta constante de nuestra historia no ha sido superada ni con la nueva Constitución Política del Estado, ni con las leyes antidiscriminatorias, el racismo esta vigente y activo, aquí el racismo no se viste de blanco, ni se llama KKK, pero tiene sus remedos: Comité juvenil, Juventud k’arapanza, juventud K’ochala y otras afines.

Mantener la candidatura del racista Velasco es naturalizar la práctica racista, es aceptar que el poder en Bolivia sigue en manos de oligarquías coloniales, es aceptar que no somos iguales, y que las coloniales “roscas” pre-52 (año de la rebelión popular) han retornado al poder.

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