La wiphala y la lucha de clases étnica

Texto escrito para Nuestra Palabra

Los actos fascistas y de racismo del pasado 24 de septiembre en Santa Cruz y los que se derivan del golpe de noviembre de 2019 en relación a la wiphala no son aislados, o meramente simbólicos, debemos ubicarlos en el marco de una histórica lucha política, ideológica, y simbólica, porque detrás de esta lucha aparentemente simbólica hay nefastos intereses e intenciones frente a los cuales debemos estar en completo estado de alerta. ¿Pero entre quienes es esa lucha?

Una clase social que representa los intereses de la oligarquía nacional dirigida por la oligarquía cruceña, con un predominio croata, es la clase que siempre tuvo el control del Estado colonial republicano y neoliberal, y que por primera vez fue desplazado del poder del Estado central el año 2006, y se opuso tenazmente a la aprobación de la nueva CPE y pretendió recuperarlo con el golpe de estado de 2019.

Este sector social es minoritario en el país, representa el privilegio de clase o de casta, representa el pasado colonial, donde el apellido y el color de piel es lo fundamental, donde el interés individual o de grupo es el principio, donde la sumisión a los intereses foráneos (primero del imperio español y después del estadounidense) es natural, es su forma de vida. Generalmente sus símbolos son la bandera de USA, y ahora pretenden apropiarse como su símbolo de la tricolor boliviana, aunque la usen como manta, o mantel o cualquier trapo, porque simplemente no la respetan. Usan este símbolo para reivindicar y restaurar el Estado colonial y republicano que añoran porque los representa, y para cuyo propósito convocan a las pititas a movilizarse con la bandera nacional.

La otra clase, recientemente emancipada, que hace unos 15 años conquisto el poder democráticamente al mando de un líder indígena, restituyo muchos de sus derechos, que antes le estaban prohibidos, recupero su dignidad, pero también recupero la soberanía nacional. Está constituida por los pueblos y naciones indígena originario campesinas (IOC), por organizaciones sociales no solo del campo sino de la ciudad, por los trabajadores mineros, fabriles, petroleros y gremiales, por los trabajadores asalariados en general y demás sectores populares con un particular protagonismo de las mujeres, que constituyen la mayoría del país.

Este sector social, principalmente IOC es el que protagonizó las principales transformaciones económicas, políticas sociales y culturales, que se expresan en el nuevo Estado Plurinacional que esta en proceso de construcción. Estos sectores desde nuestros ancestros siempre han resistido la dominación colonial y reivindicado el vivir bien (Sumaq Kausay, Sumaqamaña, Ñandereko) y los principios de equilibrio, de armonía, complementariedad y reciprocidad; con la wiphala como símbolo que sintetiza esos valores, pero fundamentalmente representa la identidad cultural de los pueblos andinos, que han sido reconocidos como precoloniales por la nueva CPE. Esta norma madre en lo fundamental reconoce la pluralidad de identidades NPIOC, economías, democracias, estructuras políticas institucionales, etc.

Esta CPE establece que “Los símbolos del Estado son la bandera tricolor rojo, amarillo y verde; el himno boliviano; el escudo de armas; la wiphala; la escarapela; la flor de la kantuta y la flor del patujú” (Artículo 6.II). Además, establece queSon deberes de las bolivianas y los bolivianos … Defender la unidad, la soberanía y la integridad territorial de Bolivia, y respetar sus símbolos y valores (Artículo 108.13).

Esto significa que la wiphala deja de ser un símbolo que representa simplemente a un sector social o cultural, por más mayoritario que sea, sino que ahora es un símbolo del Estado Plurinacional, que resume los valores mencionados. No representa a un partido político. Por lo tanto, quién atenta contra este símbolo no solo esta agraviando a un gran sector sociocultural cometiendo un acto de flagrante racismo que de por si ya es grave, sino falta al respeto de un símbolo patrio, por lo que debe ser ejemplarmente sancionado, porque ya no se puede tolerar este acto, si no se sanciona ahora, se seguirá reproduciendo de forma no solo indefinida sino ampliada generando más tensión y polarización entre los bolivianos

Sin embargo, detrás de esto esta toda una estrategia de separatismo como una opción alternativa de los sectores fascistas, que nos recuerda al Proyecto de Nación Camba y los actos de separatismo que intentaron promover el año 2008, y que fue desbaratado oportunamente, pero cuyos procesos judiciales fueron cerrados precisamente por el gobierno de facto.

Es de conocimiento publico que estos sectores, en acto de separatismo flagrante y de afrenta a la constitución y contra la unidad del país, a través de la Asamblea Legislativa Departamental de Santa Cruz pretenden inconstitucionalmente instituir atribuciones que le competen únicamente al nivel central según la CPE. Con estas modificaciones quieren tener la facultad de designar a autoridades departamentales en el ámbito electoral, de la fiscalía, del Defensor del Pueblo y otros campos estratégicos. No otra cosa significa la postura de la elite cruceña y sus autoridades que pretenden el control de la gestión de la tierra y de apoyo a la marcha indígena que va del Beni hacia Santa Cruz, como anticipándose al reconocimiento de este lugar como el escenario de decisiones de política publica nacional. Por tanto, estos actos pueden tipificarse como un grave delito, pues según la CPE, “Comete delito de traición a la patria la boliviana o el boliviano…Que atente contra la unidad del país (Artículo 124.I.3).

En este sentido, no es suficiente luchar por el desagravio a nuestra wiphala sino exigir al gobierno central y al sistema de justicia sancionar de la manera ejemplar, si es que no queremos otro golpe de estado, que esta vez podría ser más certero y demás larga duración.

Pero también es importante convocar a un estado de alerta a todas las organizaciones sociales del campo y las ciudades a cerrar filas contra estos intentos no solo de racismo sino de división fascista.

¡Jallalla la Wiphala!

¡Jallalla el Estado Plurinacional!

Cochabamba, 1 de octubre de 2021

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