¡UNIDAD O DERROTA! LA IZQUIERDA BOLIVIANA DEBE REACCIONAR ANTES DE QUE EL FASCISMO REGRESE

PRONUNCIAMIENTO

La Internacional Antifascista, capítulo Bolivia, llama con urgencia al reencuentro de las fuerzas del proceso de cambio para frenar la escalada de violencia y evitar que el caos allane el camino al retorno del neoliberalismo.

La sangre comenzó a correr. Cuatro compatriotas han perdido la vida en medio de una pugna fratricida que desgarra a la izquierda boliviana desde sus entrañas.

La Internacional Antifascista, capítulo Bolivia, no puede ni debe guardar silencio ante esta tragedia que amenaza con destruir los avances sociales y políticos conquistados por décadas de lucha del pueblo organizado.

Desde esta trinchera internacionalista y profundamente comprometida con el proceso de transformación del Estado Plurinacional, alzamos nuestra voz para hacer un llamado firme, sin ambigüedades ni medias tintas: ¡Basta de violencia entre hermanos! ¡Basta de intereses mezquinos que anteponen la ambición personal al destino colectivo de Bolivia!

Nos deslindamos categóricamente de las acciones de bloqueo que hoy afectan tanto al funcionamiento institucional del Estado como a la economía popular. La parálisis en la Asamblea Legislativa Plurinacional, bajo el pretexto de rechazar créditos internacionales necesarios para proyectos estructurales, no solo retrasa el desarrollo, sino que contribuye a la crisis económica que golpea con dureza a los más pobres.

Tampoco somos parte de los bloqueos en las carreteras que impiden la libre circulación de alimentos, medicinas, combustible y otros bienes esenciales. Estas acciones solo generan desabastecimiento, inflación y desesperanza entre los sectores más vulnerables. El pueblo trabajador, las madres que hacen fila por un kilo de arroz, los enfermos que no pueden acceder a sus tratamientos, no merecen cargar con el costo de una disputa interna entre facciones del mismo instrumento político.

Con la misma firmeza, condenamos el uso desmedido de la fuerza por parte del aparato represivo del Estado para intentar resolver un conflicto político que requiere diálogo, no balas. La represión no construye paz, solo profundiza las heridas.

Rechazamos también la criminalización indiscriminada de los sectores campesinos e indígenas que hoy están en las vías. Calificarlos como “terroristas” o “delincuentes” es caer en una lógica reaccionaria que históricamente ha sido utilizada para deslegitimar las luchas populares. No olvidemos que fueron precisamente estos sectores los que encabezaron el proceso constituyente, la refundación del Estado en 2009 y la resistencia contra el golpe de 2019.

Llamamos al reencuentro fraterno entre compañeros de lucha

Hoy, más que nunca, urge reencontrarnos. Invitamos a todos los actores de los bandos, a quienes seguimos considerando compañeros, a dejar cualquier tipo de armas políticas y sentarse a dialogar. No con imposiciones, no con condiciones unilaterales, sino con la voluntad genuina de buscar y encontrar una salida que devuelva la estabilidad al país y permita retomar el camino de las urnas como único instrumento legítimo de resolución de conflictos.

La división actual solo fortalece al enemigo histórico: el capitalismo en su fase más sañuda, el neoliberalismo. Las mismas élites que desmantelaron el Estado, que privatizaron la salud y la educación, que llevaron al pueblo a niveles históricos de pobreza y los criminalizaron, hoy observan expectantes cómo nos destruimos desde dentro e incentivan la división a través de diversos mecanismos. Si no corregimos el rumbo ahora, cimentaremos el retorno de la derecha cipaya y fascista, seremos responsables de abrir las puertas al retorno de ese orden colonial, racista y represivo que el pueblo todo, juramos enterrar para siempre.

El Proceso de Cambio no tiene dueños

Recordamos a quienes hoy se arrogan la representación del Proceso de Cambio, desde uno u otro extremo, que este no tiene propietarios individuales. El proceso le pertenece al pueblo boliviano, a las 36 naciones originarias que lograron, a través de la Asamblea Constituyente, su reconocimiento histórico. Les pertenece a los trabajadores, a las mujeres luchadoras, a la juventud que sueña con un país digno y soberano.

Convertirlo en un botín de guerra interna, en una herramienta de chantaje o exclusión, es traicionar su esencia colectiva y plural.

La Internacional Antifascista, capítulo Bolivia, aboga por una unidad basada en la horizontalidad, la inclusión, el debate fraterno y la participación genuina de todos los actores del campo popular. Solo así podremos enfrentar los desafíos históricos y contemporáneos sin retroceder.

Honramos la memoria de los cuatro compatriotas fallecidos en este día oscuro. No permitamos que sus muertes sean utilizadas como instrumento de manipulación política o, peor aún, olvidadas con cinismo. Que su sacrificio nos sirva como recordatorio urgente de que no podemos seguir transitando este camino de odio y confrontación.

No es tarde aún para detener la espiral de violencia. Pero el tiempo se agota.

Extendemos desde la Internacional Antifascista capitulo Bolivia, el puente del reencuentro. Aún hay espacio para la sensatez, para la construcción de un acuerdo nacional que permita encarar el proceso electoral con garantías democráticas y participación amplia. No le temamos al diálogo. No lo confundamos con claudicación. Hablar, ceder, escuchar y rectificar no es debilidad, es grandeza política.

No nos engañemos. El enemigo no es el compañero de base con otra camiseta. El verdadero enemigo es el capital transnacional que incide por diversos medios para lograr nuestra división y descomposición del proceso revolucionario, para saquear y apropiarse nuestros recursos, para someter nuestra soberanía nacional al servicio del gran capital y la hegemonía del imperialismo. El enemigo es la ultraderecha, hoy camuflada, que planea retornar con una Constitución neoliberal a la República opresora, colonial, represiva y ratera.

El enemigo es el olvido de nuestras luchas, la traición a nuestros principios, la deshumanización del otro por pensar distinto.

Desde esta trinchera antifascista, reiteramos nuestro compromiso por la paz, la justicia social, la unidad de la izquierda y la defensa irrestricta del Estado Plurinacional de Bolivia. Que nuestra voz se sume a los miles de voces que claman por un reencuentro ahora, antes de que sea demasiado tarde.

¡Unidad para resistir, unidad para reconstruir, unidad para vencer!
El enemigo no es el hermano, son los títeres representantes del imperialismo que pretenden retornar y asaltar el poder.
12 de junio 2025
Internacional Antifascista—Capitulo Bolivia