En defensa…de nuestro Maíz Nativo

El maíz (Zea Mays del griego Zeo – vivir y Mays del taíno, lenguaje originario del caribe utilizada para nombrar al maíz) es una planta gramínea originaria de América (México y Perú). Es el cereal de mayor producción en el mundo, por encima del trigo y arroz. Se han encontrado restos arqueológicos de plantas de maíz en México y Perú de hace 7000 años. Su cuidado, mejoramiento y difusión la realizaron los pueblos originarios de nuestra América hasta antes de la llegada de los españoles. Ellos lo llevaron a Europa y de ahí se difundió por el mundo.

En la actualidad se conocen tres métodos de mejoramiento del maíz. Dos de ellos son muy antiguos y fueron empleados por nuestros antepasados:

Selección: Realizado por los agricultores, consiste en seleccionar las mejores plantas, sembrar sus semillas, volver a seleccionar y repetir el procedimiento hasta obtener una variedad con las características deseadas.

• Hibridación: Se refiere a seleccionar las mejores plantas obtenidas de la cruza de dos variedades (“híbrido”). Ejemplo: podemos tomar una planta de maíz que tiene alto rendimiento y cruzarla con otra planta de maíz con tolerancia a altas temperaturas para obtener una variedad híbrida tolerante a altas temperaturas y con un alto rendimiento.

El método más reciente, obtenido por medio de la tecnología de ingeniería genética se llama transgénico, se trata de la inserción de un gen de una especie ajena a otra especie distinta. Se toma el ADN (información genética) y se inserta uno o varios genes que provienen de otra variedad con características que se quieran tener en la nueva semilla.

Este procedimiento no sería problemático si los objetivos incluyeran el mejoramiento del maíz en términos de beneficio a sus características alimenticias, formas de producción y respeto a las especies originarias.

El riesgo radica en los transgénicos producidos por las grandes transnacionales del agro. Sus variedades transgénicas están diseñadas para generar semillas estériles evitando la producción y cualquier forma de selección o hibridación. Además, están creadas para resistir un herbicida tóxico llamado glifosato.

La empresa Monsanto (BAYER) modificó los genes de especies como el arroz, el maíz, el algodón y la soya para que sean resistentes al glifosato. Cuando se fumiga estas plantaciones transgénicas, el agrotóxico mata toda hierba y plaga, pero no a estos organismos genéticamente modificados (OGM). El objetivo claro de Monsanto y otras empresas es obtener el control de los elementos básicos para la producción agrícola de esas plantas alimenticias. Es decir, su introducción y éxito significará la pérdida de la soberanía productiva y por tanto alimentaria. Los agricultores se verán forzados a comprar semillas y herbicidas a las empresas transnacionales.

El glifosato está sentenciado, ya que existen infinidad de denuncias sobre diversos problemas creados por los transgénicos y por ende su infaltable asociado: el glifosato.

RIESGOS

Catedráticos de la U.N. de Rosario, Argentina, denuncian abortos espontáneos, hipotiroidismo y varios tipos de cáncer, (2018) asi como Paraguay, Brasil, India y México. Otros países como: Francia, Alemania y Sri Lanka, tienen normativas estrictas o prohibiciones a este producto. La OMS señala que el glifosato es un perturbador endocrino.

Oficialmente probado, un cáncer por glifosato, el 11 de agosto del 2018, recibe una sentencia para una indemnización de 289 millones de dólares al jardinero Johnson, en San Francisco – EEUU. Una segunda sentencia con 120 millones y una tercera mayo 2019, a una pareja de jubilados con 2000 millones. Actualmente la empresa Mosanto (Bayer) enfrenta más de tres mil demandas.

En 1998, México prohibió el cultivo de maíz genéticamente modificado, sin extender esta prohibición a la venta o consumo como alimento de maíz transgénico importado de Estados Unidos. Tres años más tarde, en un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature, científicos de la Universidad de California detectaron que el maíz nativo de Oaxaca se encontraba contaminado con ADN de maíz transgénico. Una posible explicación es que el maíz transgénico comprado para alimento fue probablemente usado como semilla; por otro lado, cualquier grano de maíz transgénico que hubiera caído en suelo fértil y completado su desarrollo podría ser fuente de contaminación. En los años siguientes, otros estudios corroboraron que esta contaminación existe y persiste en los maíces nativos mexicanos.

La aprobación del Decreto Supremo 4232, del 7 de mayo de este año, está en contra de la Constitución Política del Estado (CPE) y atenta contra el derecho a la seguridad alimentaria de los bolivianos.

¡ DEFENDAMOS NUESTRO MAÍZ NATIVO ǃǃ

¡ NO AL MAÍZ TRANSGÉNICO EN BOLIVIA !!

¡ GOBIERNO NO ELEGIDO NO DEBE DECIDIR FUERA GOLPISTAS !!

ELECCIONES YA!!

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