El cohetazo popular, ¡elecciones ya!

El domingo 10 de mayo, a minutos de las siete de la noche, el cielo ya oscuro de la invernal noche paceña se vio iluminado por una cohetería impresionante que emergía de todos los barrios de la sede de Gobierno. El pueblo, a pesar de las prohibiciones y las amenazas del ministro de gobierno, se ha dado modos para expresar el sentir nacional.

Ese mismo fin de semana, la alta jerarquía de la Iglesia Católica, tan comedida a la hora de criticar las acciones del gobierno legítimo y democrático de Evo Morales, finalmente tuvo que rendirse a la evidencia y admitir que esta dictadura les ha resultado peor que la supuesta enfermedad. Latrocinios sin par, narcotráfico desde aeropuertos internacionales, vejación de mujeres, niños y ancianos que protestan por un poco de comida, detención arbitraria de opositores bajo el sambenito de “sedición”, negación del derecho a la vida, desastrosa gestión de prevención y enfrentamiento de la pandemia, fiestas de los familiares e íntimos en franca burla a la aflicción popular, y una larga lista de desatinos, ponen de manifiesto el verdadero carácter de un gobierno hecho por y a la medida de la administración Trump.

Resquebrajándose a cada minuto, cambiando ministros uno tras otro, improvisando planes y mintiendo, la dictadura de Jeaninne Añez, Carlos Mesa y Fernando Camacho hace aguas a pocos meses de haber asaltado el poder. Ningún gobierno en la historia de Bolivia dispuso de los ingentes recursos (más de mil millones de dólares) para enfrentar una situación de crisis. Una clara demostración, por enésima vez en nuestra experiencia patria, de las verdaderas intenciones de una derecha digitada por el imperialismo yanqui, al que poco le importa la democracia y la suerte de las mayorías. Alineada como está esta dictadura con las políticas imperiales, ha sacado de la galera un decreto que permite el uso indiscriminado de transgénicos. En franco beneficio de las transnacionales como Monsanto, los negociantes de la vida y la salud deben frotarse las manos saboreando ya los pingües beneficios de esta “libertad de empresa”, a la que se asocian algunos izquierdistas despistados y tontos útiles que todavía creen que ello ayudará dar seguridad alimentaria y favorecerá la soberanía… ¡como si los cultivos transgénicos llegaran a la olla popular!

Por estas razones, cobra mucha importancia continuar con las acciones de resistencia pacífica a la dictadura. Conscientes son el imperialismo y sus lacayos internos que no podrán derrotar al pueblo en las urnas; ante esta constatación, no vacilarán en utilizar sus dos cartas que todavía esconden bajo la manga. Por un lado, la inhabilitación del MAS IPSP para las anunciadas y próximas elecciones, so pretexto de que “debe pagar por el fraude cometido en octubre de 2019”. Baladí pretexto que no tiene asidero legal alguno, pues si hubiera delito, éste debe ser sancionado castigando a personas y no a entidades colectivas.

Y la segunda, más peligrosa aún, el autogolpe con aquiescencia de algunos mandos militares adictos a las migajas que pone la embajada yanqui en sus bolsillos y de corruptos “motines” –mote acuñado por el ingenio popular para vergüenza de policías abusivos–, con la finalidad de evitar los comicios cuya fecha tope de realización es el 26 de julio próximo.

Ante una eventualidad de ese tipo, se abrirá la caja de Pandora. Y no habrá fuerza capaz de detener la justa indignación popular, que sabrá expresarse de las formas más diversas y con arsenales de paz y respeto. Así que, a no desmayar: ¡elecciones ya!

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