El Fraude, estrategia fracasada

Hoy en el panorama político tras el informe de expertos de la Universidad de Salamanca y que a la Fiscalía le permitió cerrar el caso fraude electoral el único horizonte posible de certeza política que dirimirá las tendencias entre el gobierno y la oposición, es que los opositores enfrenten las consecuencias de lo que representó el montaje del fraude y que sirvió para azuzar el golpe de estado de 2019.

No en vano como parte de esa estrategia, para desconocer los resultados, es que pidieron la renuncia de todos los vocales, echando sombras sobre la idoneidad de las autoridades, no sin antes acusarlos de ser serviles al gobierno, de ser sus empleados y toda la avalancha de adjetivos, todo con el fin de descalificar su labor.

Tras esa trama urdida en la oscuridad con respaldo de la OEA, la complicidad de los medios de comunicación, la Iglesia católica y organizaciones políticas de derecha, el discurso del fraude, no mostró pruebas plenas y confiables; tan sólo la bulla mediática para tratar de manipular a la opinión pública como lo hicieron en octubre de 2019.

Uno de los dos documentos que desmienten a la OEA y ratifican el triunfo de Evo fue producido por el investigador de ciencias políticas de la Universidad de Michigan Walter Mebane, un reconocido cientista considerado como uno de los principales expertos en fraude electoral del mundo. Cabe aclarar que, además, no tiene afiliación política alguna, menos en América Latina y menos a favor de Morales.

Titulado “Evidencia en contra de que los votos fraudulentos hayan sido decisivos en la elección de Bolivia en 2019”, la investigación concluye que hubo irregularidades estadísticas que podrían indicar fraude sólo en 274 de las 34551 mesas de votación y que no se diferencia mucho de patrones vistos en otros comicios en Honduras, Turquía, Rusia, Austria y Wisconsin. “Incluso removiendo los votos fraudulentos, el MAS tiene una ventaja superior al diez por ciento”, sentencia el trabajo de Mebane.
El segundo informe que demuele a la OEA y ratifica el triunfo de Morales es del CEPR, que integran investigadores de distintas universidades de Europa. En este trabajo, enfocaron sobre la misión de observación electoral de la organización de Almagro y qué peso tuvo en el proceso electoral boliviano.

Las conclusiones resumidas en frases son lapidarias: que “ni la OEA ni nadie más pudo demostrar que haya habido irregularidades sistemáticas ni extendidas” en las elecciones; que “los resultados del recuento provisorio son consistentes con el resultado final”; que ninguno de los dos recuentos muestra patrones extraños en comparación con la distribución del voto en elecciones anteriores.

Otro punto destacado del informe del CEPR es que fue la propia OEA la que recomendó a la gestión de Morales usar el sistema TREP que se implementó para el recuento provisorio y sobre el que recaen la totalidad de las observaciones del organismo presidido por Almagro respecto a irregularidades en el proceso electoral, aunque no tenga validez legal.

El grupo de expertos sostiene que “ni la misión de la OEA ni ningún otro partido han demostrado que hubo irregularidades generalizadas o sistemáticas en las elecciones”. Asimismo, recuerdan que el cómputo oficial –el único legalmente vinculante– “nunca se interrumpió y se actualizó regularmente en línea sin ninguna interrupción significativa”.

El análisis de CELAG titulado “Sobre la OEA y las elecciones en Bolivia” para proveer mayor información de fondo sobre la narrativa infundada respecto a un supuesto “fraude electoral” en las elecciones bolivianas del 20 de octubre, también se señala que de manera inédita en la historia de la OEA, esa teoría falsa ha sido diseminada por el propio Secretario General del organismo, Luis Almagro, para justificar su apoyo a la renuncia forzada del democráticamente elegido presidente de Bolivia, Evo Morales.

Los resultados en las elecciones del año 2019 seguirán dando que hablar. Evo Morales, que ahora está siendo denunciado por ese supuesto fraude y exigiendo su detención, ha anunciado ante el mundo que conformará una “comisión de la verdad” integrada por “personalidades internacionales” para verificar si hubo fraude o no en las elecciones.

A Tuto Quiroga, Carlos Mesa y el bloque articulador de la estrategia de imponer el fraude, les fallo y fracasó en sus proyecciones. Fracasó porque ya lo dijo Nilo Soruco: “no hay mal que dure cien años ni pueblo que lo resista”, la prueba tangible ha sido las investigaciones contundentes que no solo vienen de la Universidad de Salamanca, sino de otras 7 investigaciones con resultados contundentes.

Las proyecciones fracasaron porque se escamoteó el triunfo popular de octubre, en una oscura componenda con los viejos núcleos de poder y donde Tuto Quiroga fue el maestro de ceremonia. Los cálculos que hicieron a tiempo de dar el golpe, no tuvo en cuenta que desde 1992 una fuerza, que va más allá de la política, se fue consolidando y tiene un horizonte histórico trazado, que camina sin pausa, aunque en momentos ha tenido que tomar un descanso para enriquecer la conciencia.

Las proyecciones fallaron porque nunca entendieron el país, porque siempre fueron unos huayralevas que miraban a Europa o Estados Unidos para copiar lo que hacían. Las proyecciones fracasaron porque nunca más el pueblo originario, el pueblo que ha conquistado su dignidad, su identidad, doblará las rodillas como ese 24 de mayo del 2008, no se volverá a repetir nunca más en la historia de Bolivia.

*Camilo Katari, es escritor e historiador potosino

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