Fraude monumental: Auditoría a la OEA

El Informe Final (IF) de los auditores internacionales de la OEA demuestra el fraude monumental de la auditoría. El acuerdo entre el canciller Diego Pary y Luis Almagro establece que se entregará “un informe… por los canales diplomáticos”, la auditoria se iniciará el 1 de noviembre de 2019 y “tendrá para desarrollar sus labores en terreno 12 días.”

El primer elemento para mencionar es que la OEA no presentó “un informe”, sino dos, el Informe Preliminar (IP) y el Informe Final (IF), y no fue por canales diplomáticos, sino que lo publicó en su página web en la madrugada del 10 de noviembre, es decir, el trabajo de campo fue solo de nueve días. La publicación del IP fue en el momento político preciso: la Policía amotinada, Camacho en La Paz, las capitales tomadas por grupos urbanos y la sentencia penal/política del IP (págs. 12, 13) es precisa: “se descubrió una clara manipulación del sistema TREP que afectó el cómputo final… El equipo auditor no puede validar los resultados de la presente elección, por lo que se recomienda otro proceso electoral”; esta conclusión afirma que hubo fraude.

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Pero, el IF se encarga de desnudar las verdades del IP. En su página 12, describe que el trabajo de campo en Cochabamba estaba programado para el 8 de noviembre; el equipo auditor no pudo realizar el trabajo y se “replegó hacia La Paz por la convulsión social”. Para el “9 de noviembre estaba previsto el trabajo en: Chuquisaca, Oruro, Potosí y Santa Cruz” y no pudieron viajar a esos departamentos. Punto seguido el IF expresa que el IP, “con base en lo trabajado, el día 9 de noviembre, se dieron a conocer los hallazgos preliminares”.

Esta descripción del trabajo de campo que realizaron es reveladora, primero que el informe lo realizaron en nueve días, segundo que solo hicieron revisión de las actas, porque eso es el trabajo de campo en cuatro de los nueve departamentos, en La Paz, Pando, Beni y Tarija, es decir, con la revisión de cuatro departamentos llegaron a concluir que hubo “fraude monumental”. El equipo internacional estaba integrado por 36 especialistas y auditores de 18 nacionalidades, identificaron “un procedimiento altamente irregular en 86 centros de votación de 47 municipios”, de los siguientes departamentos: seis en Potosí, Cochabamba 24, seis en Chuquisaca, siete en La Paz, dos en Santa Cruz, dos en Oruro. Esta descripción es propia de Hollywood, resulta que no hicieron trabajo de campo en cinco departamentos en los que están 40 municipios donde hubo manipulación de actas a favor del MAS.

Leyendo con más detalle la comedia trágica del fraude, encontramos que en los 47 municipios identificaron 226 actas, que suman un total de 38.001 votos, de los cuales 34.718 están a favor del MAS. Esta identificación no es casual, la diferencia entre Evo y Mesa fue de 648.439 votos, que representan el 10,57%. La Constitución establece que se declara ganador al candidato que obtenga el 50% más un voto, o supere el 40% y tenga una diferencia de 10% con relación al segundo; se superó ese porcentaje exigido por la Constitución, ese 0,57% son cerca de 40.000 votos. Casualmente la OEA identifica actas que suman el número de votos que se requería para declarar ganador al MAS en primera vuelta.

Lo trágico para la OEA es que en 2019 el MAS obtuvo el 91% de votos en estos 47 municipios, pero comparando la votación en las 226 actas de las mismas mesas de los 47 municipios en las elecciones de 2020, el MAS obtiene el 96,6%. Lo cómico es que el jefe de la Misión de Observación Electoral de la OEA, el excanciller de Costa Rica Manuel Gonzales, en 2019 expresó que no “podía validar estos resultados por ser irregular”. Gonzales volvió a presidir la delegación electoral en 2020, manifestando que el “triunfo del MAS y Arce es legítimo”

El IF termina sepultando las afirmaciones mamarrachas de los defensores del fraude monumental, en las páginas 81 y 82 del IF: “Al digitar las actas (equipo auditor de la OEA) y al tener en cuenta las observaciones que estas incluyen (Anexo 7), se tomó nota de la cantidad de votos asignados a cada partido político en el cómputo oficial (TSE), coincidió en 34.495 imágenes de actas (TREP) que representa el 99,8%.” Es decir, los auditores digitaron todas las actas electorales, incorporaron las observaciones que hicieron partidos políticos, cívicos, etc., y que están consignadas en el Anexo 7; compararon con las actas del cómputo del TSE y las imágenes que son del TREP, y la similitud es casi del 100%.

Los tres artículos que publicamos sobre algunas y no todas las observaciones y contradicciones del IP y del IF de los auditores internacionales de la OEA, demuestran la inconsistencia de las conclusiones.

Es tiempo, y en homenaje a los y las mártires, de las y los detenidos injustamente, que el Órgano Electoral invite a universidades de prestigio internacional para que hagan una auditoría a la auditoría de la OEA con todo el material que se dispone, para superar este hueco criminal a la democracia y la fraseología falsa del fraude monumental, que justifica a un gobierno de facto y los crímenes de lesa humanidad.

(*) César Navarro Miranda es exministro, escritor con el corazón y la cabeza en la izquierda

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