Mirar el bosque para cuidar el árbol – II

En Bolivia los medios de comunicación, al servicio de las políticas imperiales, mantienen una agenda cotidiana cuyo objetivo es ahondar las diferencias, generadas al interior del MAS, organización política nacida como respuesta a la política tradicional boliviana, caracterizada por la exclusión y el dominio de una “clase política” integrada por la oligarquía colonial.

El MAS, como instrumento político de los pueblos originarios, tiene en su origen una clara orientación anticolonial, por lo tanto, antiimperialista, encontrando, por otras vías, como dice el Che, los objetivos planteados por socialismo clásico y el marxismo. Es bueno entender este proceso, porque permite entender el conflicto actual inducido en su seno con el claro objetivo de su desaparición.

El anticolonialismo planteado por los pueblos originarios, tiene un doble componente una lucha interna contra el bloque colonial histórico y las nuevas relaciones coloniales emergentes del reparto mundial de las zonas de influencia a partir del fin de la segunda guerra mundial y luego de la Trilateral, estas acciones geopolíticas de dominio mundial por parte de EEUU, encontraron dura resistencia en países como Cuba, Chile, Argentina, Perú, Venezuela, en los que se desataron movimientos de izquierda democráticos y también movimientos guerrilleros. Todo este escenario puso en alerta a los EEUU que implementó los golpes militares como solución a esta emergencia de los pueblos, el Plan Cóndor fue su obra estrella para terminar con los líderes revolucionarios y comenzar un proceso de disciplinamiento de las sociedades.

Muchas “izquierdas” se convirtieron en conservadoras, respetuosas del orden democrático “controlado”, en Bolivia este “ordenamiento de la política” se dio hasta el año 2005 cuando el pueblo decide cambiar el rumbo de la historia; es bueno recordar que para que esto ocurra el mismo pueblo abrió los grandes diques de contención de la fuerza popular en las guerras del agua y del gas, esta fuerza acumulada fue encauzada -nuevamente- por la senda democrática, pero con algunos sobresaltos para los intereses imperiales. EEUU pone, entonces, en funcionamiento una maquinaria que en el año 2019 cumple un objetivo, pero solamente a medias, porque no logra revertir el proceso iniciado en el año 2005.

Todo este recorrido sirve para situar la verdadera batalla que libra el pueblo boliviano, una batalla que se quiere definir exclusivamente como interna, ese es el rol de los medios de comunicación, apartando del análisis las intenciones y objetivos concretos de EEUU en Bolivia y el continente.

En esta batalla la derrota interna de los promotores de la desaparición del MAS, es la derrota a las políticas imperiales, es una derrota al colonialismo, el comunario de base, afiliado a un sindicato cuando plantea la unidad, está planteando la batalla y la derrota de las políticas geopolíticas de EEUU, ese es el doble carácter de la lucha del pueblo boliviano, por eso cobra una actualidad radical del pensamiento del Che cuando afirma, que la unidad es una condición para la victoria.

En este escenario, repetimos, inducido al interior del MAS, no de ahora sino desde el año 2006, se ha fomentado el interés individual sobre lo colectivo, las direcciones de organizaciones sociales han perdido el horizonte histórico y se han dedicado al usufructo de escaso poder conseguido, en palabras del Che, el proceso se burocratizó permitiendo debilitar la acción colectiva revolucionaria hacia un individualismo conservador y desmovilizador.

Una película del Boliviano Jorge Sanjinés grafica muy bien esta situación, la película se llama “Jatun Auka” (El enemigo principal) es esta la tarea a desarrollar, identificar al enemigo principal y sus métodos de lucha, para una victoria en el largo camino de la descolonización y el antiimperialismo.

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