De Villaroel al fatídico 2019

La memoria colectiva al paso de más de 70 años, nos permitirá refrescar un episodio trágico pero a la vez glorioso de lo que fueron los últimos días antes de la muerte de Gualberto Villarroel en 1946, cuando conozcamos su obra póstuma: ‘Villarroel: un anhelo truncado’, de su autor Gustavo Rodríguez Ostria, quien ya no está con nosotros.

Esa historia nos enfatizará, por un lado, que no es posible comprender el gobierno de Villarroel sin aquel episodio trágico de la Guerra del Chaco, una guerra donde nos encontramos aymaras, quechuas, guaraníes. Los rurales con los urbanos, los jóvenes y los viejos.

Y por otro, comprobaremos desde la mirada de un dirigente del Comité Cívico de Santa Cruz, que se refería al golpe de Estado del año 2019 y dijo que se trató de “una gesta heroica”, similar adjetivo se utilizó para justificar el asesinato de Gualberto Villarroel en 1946 para justificar estos asesinatos.

Estos hechos no son coincidencias, son parte de la historia permanente de la lucha por la definitiva liberación del colonialismo que comenzó en 1532. Durante años hemos mantenido una línea de análisis que se encuentra afirmada en la matriz colonial de la formación social boliviana y los hechos van confirmando que la contradicción principal tiene que ver con la mentalidad colonial que pervive en las élites del poder económico, político y social.

El movimiento Indígena tiene una lucha milenaria, pero es desde 1900 que se vendría articulando y desarrollando diferentes escenarios de lucha. La tierra, la justicia, la educación, el derecho a sus organizaciones comunales, la abolición de la servidumbre.

Ante esta lucha el gobierno controlado por la “República”, constituida por castas racistas, hacendados, grupos oligárquicos abusaban y reprimían las rebeliones indígenas a través de ese aparato público como bien lo refleja en sus escritos Rodríguez Ostria y Roberto Choque.

La obra nos explica como el Gobierno de Villarroel intentó construir una relación directa con la población indígena. Una de las primeras medidas fue la abrogación de una ley que prohibía a los indígenas pisar las principales plazas de La Paz, existen anécdotas sobre como la clase media de entonces se aterroriza por la medida, pero fue una señal para el movimiento indígena que ve la posibilidad de canalizar sus demandas a través del Estado.

Uno de los grandes acontecimientos históricos durante el gobierno de Villarroel fue llevar a cabo el Primer Congreso Indigenal, el 10 de mayo de 1945. Este Congreso tuvo sus antecedentes en dos congresos regionales, ya por los años de 1941 y 1943.

En la ciudad de Sucre del Departamento de Chuquisaca, se habían realizado dos congresos indígenas de los ayllus y markas, quechuas y aymaras, al que asistió Santos Mark’a Tula de Pacajes, las resoluciones de estos congresos regionales: Primero, realizar huelgas de brazos caídos en el medio rural y segundo pactar con los obreros de las ciudades, para formar una alianza insurreccional.

Hoy, la Iglesia católica, los ‘políticos desesperados de poder’ y los medios de comunicación, son los dispositivos de defensa del colonialismo como ordenador de la vida de nuestro país y los sectores aparentemente “revolucionarios”, aceptan estas reglas del juego.

Los intereses coloniales persistentes en nuestra formación social, forman parte de las estrategias geopolíticas mundiales, no debemos olvidar que el imperialismo es siempre colonialista, por eso el rol de las embajadas imperiales de EEUU y de Inglaterra en las muertes de Senkata y Huayllani.

La democracia, que fue reconquistada por los movimientos sociales, en octubre de 2020, no puede ser debilitada por una gestión de gobierno basada en la incertidumbre ideológica, ya sea incluso por ‘presiones internas y externas’ y la carencia de un programa de afirmación del Estado Plurinacional.

Ese aciago día, el 21 de julio de 1946, murió un gran hombre y hasta ahora no nació alguien como él, los mineros, los indígenas y pobres en general lloraron su muerte y la clase media alta festejó su “libertad”, se revirtieron las medidas sociales que se promulgaron en su gobierno.

Finalmente, la obra sobre Villarroel da lecciones claras a seguir, por un lado, si bien el gobierno de Villarroel logró articular lo nacional popular, su anhelo se vio truncado porque las condiciones económicas, sociales y políticas no estaban maduras, sin embargo, hoy el movimiento popular está reconstituido y al frente está el movimiento indígena a través del mando de las organizaciones sociales en el mismo camino que nos marcó Tupaj Katari en Peñas.

*Camilo Katari, es escritor e historiador potosino

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