Organizaciones sociales, vigías del Proceso

Los pueblos indígenas originarios al crear el Instrumento Político, tenían el objetivo muy definido: terminar con el Estado Colonial. Este objetivo tuvo la virtud de concretarse en la nueva CPE, pero a lo largo del tiempo transcurrido desde su promulgación, la señal que nos deja por sobre todo, es su fidelidad y consecuencia en acompañar los procesos sociales siendo consecuentes con las transformaciones sociales del país.

Si nos queda aún en la memoria, otrora, en los discursos de Evo Morales, elogiando y enalteciendo el rol que jugaron en su gobierno las organizaciones sociales no fueron poca cosa, ya que reconstruyeron un tejido social fuerte frente a los embates de la derecha que desde 2006 siempre buscaron la caída del ex presidente.

Evo Morales marcó una diferencia con otros gobiernos y el papel de las organizaciones sociales siempre fue el constituirse como el referente del accionar político-organizativo del llamado proceso de cambio, sin embargo, hoy fieles a ese compromiso con su historia son esas mismas organizaciones sociales que están más cerca que nunca al gobierno de Luis Arce.

Acabamos de ser testigos, desde que en que la Asamblea Legislativa Plurinacional, en una alianza entre la oposición y representantes del evismo, censuraron al ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, las organizaciones sociales del país reaccionaron y cerraron filas con un pedido claro y contundente: “Dejen gobernar al Presidente”.

La censura que recibió Del Castillo, levantó dos tipos de reacciones: por el lado de la oposición política, esta acción generó el beneplácito de figuras como Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, y fue calificada por analistas como “el primer triunfo de la derecha” en el Legislativo con ayuda del ala radical del MAS.

No obstante, para los sectores sociales de todo el país, tal hecho fue considerado como una traición a quienes lucharon por la recuperación de la democracia y un atentado directo contra la gestión de los mandatarios Luis Arce y David Choquehuanca.

El rechazo ante esta determinación se fue propagando por distintas regiones en la misma dimensión que el respaldo a Eduardo Del Castillo. Ante tal situación, el presidente Luis Arce, en total apego a la Constitución Política del Estado, destituyó a la autoridad y posteriormente la posesionó como titular de Gobierno.

Ovacionado y transportado en hombros, Del Castillo salió más fortalecido la noche de su posesión. El pueblo le dio un espaldarazo y a la vez sustentó la determinación asumida por el Primer Mandatario.

Sin embargo, con mayor contundencia en una reunión entre el presidente Arce y el vicepresidente Choquehuanca se ha logrado con el Pacto de Unidad y las organizaciones sociales del país, una alianza sólida que ahora se proyecta en respaldar al gobierno en un cabildo nacional de respaldo al gobierno de Arce y Choquehuanca para los próximos días.

De manera ininterrumpida, en los días siguientes, organizaciones y distintos sectores sociales, entre ellos la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Oruro (FSUTCO), la Confederación Nacional de Interculturales de Bolivia, la Federación Departamental de Trabajadores Campesinos de La Paz Túpac Katari, las centrales obreras departamentales (COD), por nombrar algunos, hicieron llegar notas de respaldo al Jefe de Estado y al Ministro de Gobierno.

Asimismo, el pasado viernes se desarrolló una masiva marcha que recorrió las calles de la ciudad de Santa Cruz coreando al unísono: “Lucho, no estás solo”.

Las pugnas en el oficialismo han debilitado la sintonía que se tenía entre asambleístas de ambos bandos, más todavía, de los llamados radicales con el Gobierno. Inclusive, Evo Morales llegó a decir que este frente político ya no forma parte de la administración liderada por su exministro de Economía.

El punto más álgido de este quiebre se da tras la llegada de Cuba del ex mandatario para denunciar que el gobierno de Arce había salido 17 toneladas de droga a otros países que después señalaron que no era así la mentada denuncia, ya que la Oficina Europea de Policía (Europol), afirmó que dicha droga salió desde Sudamérica y no desde Bolivia, como denunció Morales, así lo señala un reporte de marzo, que fue hecho público estos días.

En medio de esta coyuntura del oficialismo, Choquehuanca convocó a la unidad, para buscar coincidencias que permitan la construcción de un todo entre los bolivianos. Para ello, reivindicó el espíritu “rebelde” de los paceños, quienes destacan por no ser, dijo, ni individualistas ni racistas. “Los paceños buscamos hermandad, solidaridad y luchamos contra las injusticias”, había señalado.

Advirtió que el horizonte puede ser de buenas noticias. “Vamos a vencer a la división, vamos a vencer a la codicia, vamos a vencer al odio, vamos a vencer al individualismo y vamos a retornar a ese camino de la unidad, de la esperanza, de la hermandad, de la integración, de la paz…

Tratar de ignorar todas estas expresiones y empecinarse en dar rienda suelta a apetitos personales no hace más que promover el rechazo de los sectores sociales que se constituyen en pilares del proceso de cambio, los cuales ya declararon “traidores” y “tránsfugas” a diputados y senadores del ala radical que pactaron con sectores que provocaron luto y dolor en 2019.

El hacer oídos sordos ante el pedido de que se deje gobernar al Presidente, no es otra cosa que confrontar el voto popular que en 2020 depositó su confianza en Luis Arce y David Choquehuanca para que reconstruyan el país. El ir en contra de este mandato es ir en contra de la propia voluntad del pueblo.

El Instrumento Político, hoy en crisis, nace como respuesta al Estado colonial y dejará de existir solamente cuando el Estado Plurinacional se encuentre consolidado y comience una nueva etapa en la civilización global, porque las transformaciones que plantea la descolonización no se encierran en nuestras fronteras sino tiene una proyección mundial.

Cuando hablamos que las organizaciones sociales son pieza clave del “proceso de cambio” estamos hablando de la diseminación del poder, para que nunca más se concentre en una persona, estamos hablando de una sociedad intercultural que superó el racismo e implantó el respeto a la diferencia.

El reconocer una vez más el rol que juegan en esta coyuntura las organizaciones sociales, es hoy por hoy necesaria para lo que se defina en el futuro inmediato y mantener un horizonte afianzado por la garantía de su legado histórico y combativo.

*Luis Camilo Romero, es comunicador boliviano para América Latina el Caribe

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