Milei

Evaluar el resultado de las primarias electorales argentinas, donde salió vencedor el ultraderechista Javier Milei, como el voto bronca por la situación económica y contra los políticos tradicionales del peronismo/kirchnerismo y la derecha macrista, es muy simplista; si bien están presentes públicamente estos hechos, es más lo folklórico del discurso del Frente Libertario Avanza que lo que representan. Por el resultado de las primarias, Milei es el outsider, pero lo que representa ideológica y políticamente es el neofascismo.

Empieza a construir cierto tipo de pueblo a partir de la crítica al Estado, al sistema político, a la izquierda, e interpela emotivamente a individuos porque no cree en lo colectivo: “el Estado no es la solución, el Estado es el problema… el Estado no puede hacer feliz a la gente, solo puede darle más poder a los políticos… estoy en contra de todos los impuestos, el impuesto es un robo que se paga de manera violenta al Estado”. “La clase política argentina es una casta parasitaria que vive a costa del sufrimiento de la gente… los políticos argentinos son unos hipócritas que hablan de justicia social mientras enriquecen sus bolsillos”. “El comunismo es un sistema asesino… el socialismo es una máquina de generar pobreza… con la izquierda no se negocia.” La noción de pueblo que construye es enemigo del Estado, del sistema político y de la izquierda, interpela en la subjetividad de lo/as individuo/as, es un factor sustantivo en la emotividad como razón del presente.

Exalta el fundamentalismo ultraliberal del capitalismo: “el Estado siempre busca controlar a la sociedad, no importa cuál sea la ideología que profesen… la competencia y el mercado son los mejores reguladores de la economía… la libertad económica es la base de la prosperidad… el mercado es más humano que el Estado… la soberanía individual es más importante que la soberanía del Estado… la desigualdad es inevitable en una sociedad libre”

Es un militante antiderechos, en sus códigos “la ideología de género, de los pueblos originarios, de la ecología y el lenguaje inclusivo destruyen los valores de la sociedad”; llegó a expresar que está a favor de “quien quiera pueda vender sus órganos para gastar ese dinero como quiera”, que está “contra el aborto”, a favor de la “venta libre de armas”, dice que “la jubilación no es un derecho” y que si llega a ser presidente “cerraría el Ministerio de Educación, el Banco Central y recortará el gasto público”.

Se declara admirador de Margaret Thatcher, Trump, Bolsonaro; comparte ideológicamente con la ultraderecha europea española, francesa, italiana; reivindica las dictaduras militares como necesarias; en una conferencia le preguntaron sobre los 30.000 desaparecidos durante las dictaduras militares argentinas, él respondió: ¿me podés mostrar la lista completa de los desaparecidos?, poniendo en duda los crímenes de lesa humanidad que se cometieron en su país.

En su concepción el socialismo representa seguridad social, derechos laborales, subsidios, educación fiscal, derechos de los pueblos indígenas, derechos de minorías, derechos sexuales, organizaciones sindicales, participación del Estado en la economía y la producción, regulación de precios; simultáneamente reivindica al capitalismo, que el mercado es el único que puede regular la economía, la producción, satisfacer las necesidades sociales, que el individuo está sobre el Estado.

Las características de los neofascismos son diversos e incluso aparentan contradicciones, unos reivindican con intensidad la religión, otros un nacionalismo liberal, otros están contra la migración, otros son racistas, antimusulmanes, otros antiderechos, pero todos comparten su misma matriz ideológica capitalista, colonial, patriarcal y son blancos, lo reivindican y glorifican como el paraíso terrenal.

El republicanismo liberal democrático dramáticamente está demostrando su límite, los actores de izquierda, de centro y de derecha solo buscan respaldo electoral, el neofascismo es la crítica y posible ruptura, no buscan respaldo electoral sino adeptos que asuman sus ideas como suyas, encarnadas en el mesianismo del líder que simboliza el mito como ideal de este tiempo.

El neofascismo ya es gobierno en varios Estados europeos, también en nuestro continente es una fuerza social y electoral muy importante; tiene infraestructura mediática, religiosa, política, está marcando las agendas y puede definir coyunturas de largo plazo. 

Milei, el libertario anarquista estatal, fanático capitalista y anticomunista ya no es solo porcentaje electoral, es realidad política e ideológica, es la fascistización ciudadana de una parte del electorado argentino; los libertarios podrían absorber o sumarse a la derecha que deambula en el electoralismo, que carece de ideas, de liderazgo y está sin perspectiva, porque juntos —Milei y Bullrich— representan cerca de dos tercios del electorado en las primarias, aunque haya participado solo el 62% de los votantes habilitados.

A no dudar, tendrá efecto en Bolivia.

(*) César Navarro Miranda es exministro, escritor con el corazón y la cabeza en la izquierda

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