El cuarto intermedio

“Cuarto intermedio para todo”, me decía un colega amigo sorprendido por lo que había ocurrido en este último trance en la Asamblea Legislativa cuando un diputado informaba que se suspendía una huelga de hambre que realizaba un minúsculo grupo de diputados del llamado ala “evista” que pedía se realice elecciones judiciales.

Y acotaba en tono de admiración que le parecía anecdótico que se declare el “cuarto intermedio” nada más ni nada menos dentro de una huelga de hambre (!) cuando habitualmente, esas medidas culminan o por haber conquistado su demanda planteada o suspenden por el agotamiento y fracaso de su medida.

Bien sabemos que se declara “cuarto intermedio” en ese tipo de situaciones, ya sea durante el Pleno o durante la sesión de alguna comisión, solicitada por algún congresista, pudiendo extenderse por una o más sesiones.

También se entiende que ese recurso del cuarto intermedio lo declaras cuando fijas hasta otra fecha, puesto que permite la continuidad en el tratamiento de uno o varios temas determinados, y eludir en la segunda o sucesivas reuniones distintas etapas procesales.

La medida del cuarto intermedio nos lleva a recordar otro momento de la vida política reciente cuando la autonombrada dirigencia de la CSUTCB tras conocerse que se dio legalidad y declarada legítima a la nueva secretaria ejecutiva de la CSUCTB, inmediatamente lanzaba su determinación de ir a un bloqueo de caminos para el 4 de septiembre.

Ambas determinaciones parecían que venían forzadas por una presión política cuya intencionalidad marcaba un desafío al gobierno y a lo que llaman el ala “renovadora” del MAS que solo para el desgaste, pretendía buscar réditos políticos que a futuro, el ala “evista” trata de imponer. De ahí que antes que se evidencie el fracaso de su medida, buscaron el pretexto del cuarto intermedio como medida para “salvar” su ineficaz medida.

En esa línea Jerges Mercado, Presidente de la Cámara de Diputados, dijo que la huelga fue más allá de una exigencia. Aseguró que los miembros de esa protesta impidieron el paso de funcionarios y de los mismos diputados a las oficinas de las diferentes comisiones de ese órgano.

Quizás a todo esto, algún desafinado apresuraba su comentario incitando a que ese un grupo de diputados pretendía dar un “golpe de Estado”, cuando los componentes de esa movilización ni siquiera contaban con el apoyo de la opositora CC y Creemos.

Lo que debemos preguntarnos es si esos llamados “padres de la patria”, que ahora hablan de elecciones judiciales, están convencidos en que ello se concrete, cuando hace unos meses atrás las rechazaban, mucho más, si creen en una verdadera revolución de la administración de la justicia.

Los senadores parecían reencaminar las elecciones, pero no sospecharon que en la Cámara de Diputados es más notorio el quiebre del MAS, más visible la ruptura de Comunidad Ciudadana y más evidente la atomización de Creemos. En suma, allí hay bloques, no fuerzas políticas.

La utilización del cuarto intermedio es una salida disimulada ante el fracaso de quienes promueven medidas que no son sostenibles en el tiempo porque van acompañadas de argumentos nada sólidos y sin proyección futura en las acciones que se plantean, pues tanto en la vereda opositora como en uno de los bandos del MAS, como en este caso, es solo un cálculo político de cuánto se puede aprovechar cualquier daño que sufra la actual gestión presidencial.

Todos ellos y ellas miran sus intereses de corto plazo o los delirios de sus respectivos jefes, pero ninguno parece estar pensando en lo que eso significará para el pueblo al que dicen servir.

Lo que nos evidencian los ‘cuartos intermedios’ que se experimentan al calor de la friega política y con señales de desestabilización, es que en ningún momento esas medidas tuvieron respaldo, ni de sus propios adherentes, organizaciones y los grupos opositores, señales que demuestran su fracaso.

¿Estaremos entonces en las postrimerías que lo que se vaya a determinar en el octubre tan esperado por el MAS con pompas y sonajas nos lleve a un nuevo fracaso?

*Luis Camilo Romero, es comunicador boliviano para América Latina y el Caribe

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